El magisterio venezolano jamás imaginó un hecho tan controvertible como fue el irrito pago del Bono Vacacional y Recreacional del viernes 22 de julio. Referido pago de bonificación violó la Ley Orgánica del Trabajo en su artículo 122 y la cláusula 70 de la Contratación Colectiva. Al no calcularse con “el salario normal devengado en el mes efectivo de labores inmediatamente anterior a la oportunidad del disfrute”, crea una terrible indignación colectiva. Esto estuvo precedido de una política de alto proselitismo enfocada a una anticipada campaña por la reelección del primer mandatario nacional. Esta consistió en un bombardeo propagandístico cargado de elementos demagógicos de supuestos logros y de halagos que conducen alimentar más el descontento. A la mayoría le tomó por sorpresa lo abonado en sus cuentas bancarias, hubo al principio incredulidad por la maxi devaluación del bono vacacional. La alharaca populista coincidió con el Gran Black Friday. La abrupta reducción del monto a pagar por concepto de vacaciones constituye todo un hito histórico de este Viernes Negro magisterial.
¿Cuál Amor para los maestros?
Tanto hacer alarde de una política que han denominado «Por Amor a mis Maestros: Héroes anónimos de la Patria». Esta no se corresponde con la realidad de los hechos y el sentir del magisterio. Los maestros no solo se sienten desvalorizados por el Estado Patrono sino también burlados, maltratados, decepcionados y desilusionados por una política ambigua y contradictoria. Valorar la educación implica valorar a los que la imparten, al educador se le exige mucho y se les da muy poco. Quiénes verdaderamente aman a los maestros, ni los engañan y mucho menos los maltratan. Era poco lo que se tenía que pagar por concepto de vacaciones con el salario calculado con el aumento del mes de marzo del 2022.
Atención personal docente del Ministerio del Poder Popular para la Educación.#mppeducacion pic.twitter.com/5QZ9kQvfAq
— MPPEDUCACION (@MPPEDUCACION) July 23, 2022
El precio del petróleo de la OPEP, se cotiza en 110,84 dólares el barril y el bono vacacional no supera los 200 dólares por docente. Lo anterior permite proyectar que con la simple exportación de dos barriles de petróleo se puede financiar las vacaciones de cada maestro. La dolarización de facto, la eliminación de los controles y de subsidios garantizan un ingreso fiscal, al que se le suma la dolarización de la gasolina, las exportaciones petroleras que según cifras de la OPEP, se ubican en 756.000 barriles diarios y el controversial «Arco Minero». A simple vista, permiten suponer que los ingresos son suficientes para pagar sin escusa las vacaciones como corresponde, e inclusos mejorar los salarios del magisterio.
¿Victorioso para quiénes?
Un maestro no puede vivir dignamente con sueldos de miseria. No puede estar contento cuando el IPASME le descuenta y no funciona, no tienen un HCM, se le adeudan primas, está pendiente un 280 % de diferencia salarial de la II Contratación Colectiva. Ante todo ese panorama, contaba con unas modestas vacaciones, pero sin explicación alguna se la despojaron en un 75 por ciento. Qué tiene de victorioso un cierre de año escolar con educadores indignados, protestando en la calle y en las redes con mucho derecho por lo injusto, ofensivo y perjudicial de una política que en la práctica demuestra más maltrato, desprecio y odio hacia los maestros que verdadero amor.
El @GremioDocente exige el pago de #VacacionesCompletas a @NicolasMaduro y la eliminación del instructivo #Onapre.
Solicitamos a la @OITAndina reunirse no solo con los sindicatos sino también con la base magisterial.#RespetoALosDerechosLaboralespic.twitter.com/sjsCy4IHI5
— FordisiVzla (@fordisivzla) July 29, 2022
Citando a Antonio Pérez Esclarín, todo el mundo quiere el mejor maestro para sus hijos, pero muy pocos quieren, sobre todo los que dirigen este país, que sus hijos sean maestros, lo que evidencia la contradicción de quienes reconocen por un lado la importancia transcendental de los maestros, pero por el otro, los desvaloriza y los trata prácticamente como a profesionales de segunda categoría. Es hora de que el Patrono asuma sus responsabilidades sin culpar a otros y revise su política de supuesto amor hacia los maestros. Para Pérez Esclarín Amor se escribe con «a» de ayuda, apoyo, ánimo, aliento, alegría, asombro, acompañamiento, amistad. Resulta incoherente alabar en la teoría a los maestros y maltratarlos en la práctica. Eso equivale a seguir apostando a la derrota, no solamente de un partido político y de su dirigencia sino a la derrota de todo un país.
El porvenir de la Educación no se construye con politiquería y demagogia, por el contrario se destruye. Si algo aspira el magisterio es de una nueva política educativa, coherente, ligada a la ética y orientada al bien común. Una política capaz de valorar el trabajo de maestro y de poder gerenciar la educación con amplitud, sin abusos de poder y sin corrupción.